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El resurgir de Ramos y el ajedrez estratégico entre PSG y Real Madrid

Sergio Ramos vuelve a sonreír en París. A sus 36 años, y a pocos meses de cumplir 37, el central sevillano ha disipado todas las dudas que sobrevolaban su figura, silenciando a quienes pronosticaron el fin de su carrera en la élite. Su renacimiento en el Paris Saint-Germain no solo se mide en sensaciones, sino en datos irrefutables que confirman que el de Camas está de vuelta.

La profecía incumplida y la vuelta al máximo nivel

“El año pasado fue duro, pero en ningún momento pensé que era el fin”, admitía recientemente el propio Ramos. Tras un primer curso en París marcado por las lesiones, muchos daban por hecho que su físico no aguantaría el ritmo competitivo. Voces autorizadas, incluso de su etapa en Madrid, susurraban que su rodilla, operada del menisco en febrero de 2021, no era “viable para el fútbol de élite”. El tiempo, durante más de un año, pareció darles la razón. Su debut con el PSG se demoró hasta finales de noviembre y las recaídas musculares, producto de la descompensación, fueron una constante.

Sin embargo, el panorama ha cambiado radicalmente. A principios de noviembre de esta temporada, Ramos ya acumulaba 1.476 minutos de juego, una cifra que pulveriza los 844 que disputó en la totalidad de la campaña anterior. Se ha convertido en una pieza clave para su entrenador, siendo el quinto jugador de campo con más participación, solo por detrás de gigantes como Marquinhos, Messi, Neymar y Mbappé. Ha demostrado que el esfuerzo y la perseverancia, sus señas de identidad, han ganado la batalla a los malos augurios.

Nuevo liderazgo en el vestuario y el anhelo de la Selección

Más allá de su rendimiento físico, Ramos ha asumido el rol de líder para el que fue fichado. El año pasado observó atónito la distancia entre los diferentes clanes del vestuario. Este curso, su influencia ha sido clave para unificar al grupo. “Para ganar hace falta un buen grupo, respeto y que reine la paz. El enemigo está fuera”, declaró en rueda de prensa, verbalizando el mensaje que transmite en privado. En el PSG celebran tener, por fin, a ese líder que trasciende lo que ocurre en el césped.

Con la alegría recuperada en su club, su mirada se dirige inevitablemente a su otra casa: la selección española. “Todo el mundo sabe lo que significa para mí defender esos colores. Tengo la ilusión intacta por volver y jugar este Mundial”, confiesa. Pese a ser consciente de la dificultad que entraña regresar bajo el mando de Luis Enrique, Ramos no pierde la esperanza y sigue soñando con ampliar su récord de 180 internacionalidades en Qatar.

El eje Madrid-París: Rodrygo y Barcola en el horizonte

Mientras Ramos consolida su presente en París, los despachos de su club y de su exequipo, el Real Madrid, ya se mueven pensando en el futuro. El mercado de fichajes, aunque cerrado, sigue generando rumores que conectan a ambas capitales. El periodista especializado Fabrizio Romano desveló que el PSG valoró seriamente el fichaje de Rodrygo Goes el pasado verano como una alternativa por si su joven estrella, Bradley Barcola, hubiese salido del club.

La operación, que se habría acercado a los 100 millones de euros, nunca llegó a materializarse, ya que el PSG considera a Barcola un jugador intocable. Sin embargo, la trama se complica con informaciones que llegan desde España, las cuales sugieren que el Real Madrid sigue muy de cerca la progresión del propio Barcola. Este interés podría activarse en un futuro, especialmente si Rodrygo, que ya habría mostrado su deseo de cambiar de aires, forzara una salida en el verano de 2026. Aunque un intercambio directo parece una quimera a día de hoy, esta situación evidencia cómo Barcola se ha convertido en uno de los grandes nombres del fútbol europeo y cómo la relación estratégica entre PSG y Real Madrid continúa marcando la pauta en el mercado.